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Trabajadores del Hospital Posadas realizaron esta semana una jornada de visibilización y protesta tras la baja de casi 100 contratos. En ese contexto, Luis Sucher delegado de CICOP y administrativo de la institución que fue despedido tras 25 años, dialogó con El Termómetro y sostuvo que “hay profesionales que no tienen reemplazo y un montón de gente que se va a quedar sin atención”.
“El viernes pasado fuimos notificados 96 trabajadores, y antes habían despedido a tres nutricionistas y un neumonólogo, son personas de áreas muy sensibles. A eso se suma que aumentó la demanda exponencialmente por la gente que no pudo pagar más la prepaga. «Hay profesionales que no tienen reemplazo y un montón de gente que se va a quedar sin atención”, enfatizó.
En esa línea detalló que al hospital “concurre gente de otros distritos, el Posadas está en la zona oeste y vienen de Laferrere, Quilmes, Florencio Varela, entre muchos otros” y también puntualizó que “una de las despedidas es una médica bióloga molecular, así cómo ecografistas y trabajadores del área de detección de cáncer en niños”.
“El daño que están haciendo es de una magnitud enorme, se están cerrando especialidades fundamentales para detectar patologías. Creo que buscan que los hospitales se transformen en grandes guardias y que los estudios de alta complejidad sean con vouchers y que hagan negocios los grandes empresarios de la salud”, afirmó.
Y añadió: “Somos trabajadores de 10, 15 y 20 años que queremos seguir trabajando en el Estado. Me gustaría poder ver las denuncias del gobierno, salieron con ese argumento después de que los trabajadores salimos a denunciar el impacto enorme que van a tener los despidos, pero no demostraron absolutamente nada”.
Sumó además que “entre los consultorios circulan unos 10 mil pacientes por día” y que el hospital “tiene un área de influencia de seis millones de habitantes, como es de alta complejidad asisten personas de otras provincias y de países limítrofes”.
“Hay una política de recorte y ajuste permanente, faltan insumos, se cortaron horas extras. Hay miedo por el nivel enorme de precariedad que hay, el 85 por ciento de los trabajadores está contratado, ahora con contratos trimestrales. Tenemos que pararle la mano ahora, no pueden atacar la salud del pueblo y de los que menos recursos tienen. Hay un ataque generalizado en el Estado, las centrales gremiales tendrían que tener un rol más activo”, concluyó.