La anunciada segunda etapa del plan de estabilización, que el Gobierno puso en marcha ayer, no fue bien recibida por los mercados, que respondieron con otro fuerte salto de los dólares paralelos: con subas por encima de los 1.400 pesos, marcaron la mayor cotización nominal de la que se tenga memoria. A la par, se desplomaron las acciones y bonos en Wall Street, lo que impulsó a la suba del riesgo país.
La reacción negativa de los inversores tuvo lugar después de que el último viernes, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central (BCRA), Santiago Bausili, anticiparan que el programa de estabilización económica iniciado en diciembre entraba en su segunda fase, con foco en el saneamiento definitivo del balance del BCRA, tras haber logrado en la primera fase “recuperar” el equilibrio fiscal mediante un fuerte ajuste de “shock”.
Pero la implementación del nuevo esquema, con un canje de deuda para los bancos (ver aparte), sumado a la insistencia del Gobierno en mantener la corrección mensual del tipo de cambio oficial en el 2% y la falta de precisiones sobre una eventual salida del cepo, echó presión sobre los mercados.
En el arranque de julio, el dólar blue marcó un nuevo récord y se vendió a 1.405 pesos. Sumó así 40 pesos en un mismo día y estiró la brecha con el tipo de cambio oficial por encima del 50 por ciento.
También las cotizaciones financieras se dispararon y batieron récords nominales, aún cuando suelen estar favorecidas por el ingreso de divisas de los exportadores. El contado con liquidación (CCL) terminó la jornada a 1412,48 pesos, unos 62,3 pesos más que el viernes. El MEP, en tanto, cerró a 1413,01 pesos, 65,05 más que la rueda previa.
Aún así, todos los dólares alternativos siguen corriendo detrás de la inflación. El CCL subió 45% en el año y el blue 40%, mientras la inflación del primer semestre rondó el 80%.
El tipo de cambio oficial mayorista, por su parte, se ofreció a 914,50 pesos, lo que representó una microdevaluación de 2,50 pesos con respecto al viernes. La diferencia con el CCL se amplió al 54,5 por ciento, el punto más alto desde enero.
Esta brecha, que el año pasado había superado el 100 por ciento en el segundo semestre, se había reducido a 21 por ciento en abril, en medio del letargo que los dólares paralelos arrastraban desde febrero. Hasta que el Banco Central empezó a bajar la tasa de interés en pesos y los inversores volvieron a apostar con fuerza por la divisa norteamericana.
“El Banco Central exageró con la baja de tasas de interés”, advirtió ayer el economista Fernando Camusso, para quien esa medida “generó un desanclaje monetario, el mercado se dolarizó y las cotizaciones se escaparon. Y no es fácil desdolarizar, ni siquiera con que haya salido la ley Bases. Por eso el Ministerio de Economía quiere llevar adelante la fase 2 del programa y el Banco Central quiere recuperar un instrumento clave de la política monetaria, que es la tasa de interés. ¿Por qué? Porque si en algún momento suben la tasa de interés, también sube la emisión endógena, porque se tienen que remunerar los pasivos monetarios. Por eso, Caputo anunció que la deuda se pasa al Tesoro”.
Para Fernando Marull, economista de FMyA, el anuncio del viernes “generó más preocupación, porque demostró que el equipo económico está más preocupado en resolver el tema monetario antes que el cambiario. Eso generó ruido entre los inversores, porque hoy el foco está en la venta de reservas del Banco Central. Se vienen meses donde no podrá comprar muchos dólares y el año que viene se le vienen vencimientos de deuda bastante abultados. El mercado está más interesado en saber cómo la Argentina va a salir del cepo cambiario, que por las medidas fiscales y monetarias, que sabemos que vienen bien”.
También desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) coincidieron en que “la conferencia de Caputo dejó un sabor agridulce. El mercado estaba esperando anuncios de índole cambiario en vez de monetarios”. Pero lo cierto es que la salida del cepo, que se haría en una tercera etapa, sigue sin tener una fecha precisa.
En la consultora económica LCG sumaron además que “el mercado muestra menos confianza en la sostenibilidad del esquema actual, seguramente influido por la posición vendedora del Banco Central (terminó junio con un saldo negativo de US$84 millones y ayer pudo hacerce con US$50 millones). Esto puede comenzar a generar problemas en la economía real, debido a que genera especulación y expectativas de que haya un ajuste en la cotización del dólar mayorista”.
Bonos y acciones
El malhumor del mercado doméstico repercutió también en las acciones de los bancos argentinos que cotizan en Nueva York, que se hundieron en torno al 10%. Los papeles del Supervielle retrocedieron 9,7%, seguidos por Galicia (-9,5%), Edenor (-8,7%) y Banco Macro (-7,5%).
En Buenos Aires, la Bolsa porteña cedió un 1%, con una baja encabezada también por el Supervielle (-6,5%).
La mala racha alcanzó además a los bonos del último canje de deuda, que cayeron por encima del 4% y llevaron el riesgo país hasta los 1.513 puntos básicos, el nivel más alto desde marzo.