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Chicas, ¿lo vieron al poloco?
Al polaco querrás decir, Martita.
Un polaco loco es un poloco. ¿Cómo se le ocurre?
¿Qué hizo, Martita? Pónganme en autos.
A lo Spiderman, el chabón escaló un edificio en Puerto Madero. Practica “Buildering”.
Y eso ¿qué es?
El “climbing urbano” es un deporte extremo que se basa en una escalada libre en edificios o estructuras artificiales, sin arnés ni artículos de seguridad.
¿Y para qué lo hacen?
Son influencers que quieren ganar seguidores.
¿Y éste lo logró?
No lo dejaron. Llegó al piso 27. Ahí unos bomberos lo agarraron de las tarlipes y lo bajaron de un hondazo.
¡Pobres tipos! ¡Miren si les pasaba algo malo a ellos por culpa del polaco bolas tristes?
Un dolobu. Va a tener que garpar el costoso operativo de rescate cuando lo larguen.
Pero logró llamar la atención. Seguro que alguien le puso un billete. O varios.
Encima el quía no habla español, así que hubo que contratar a un traductor.
¿Había pedido permiso?
¡No! Ésa es la gracia. Transgredir, sorprender.
¿Y si se caía y crepaba? ¿Quién se hacía cargo del fiambre?
La Embajada de Polonia, supongo.
Suerte que en este país, vivir y sobrevivir ya es un deporte de alto riesgo en sí mismo. No necesitamos trepar rascacielos.
Lo gracioso es que el tipo vende yerba argentina en Polonia. Él se llama Marcin Banot y a la yerba le puso “YerBanot”. Ingenioso el loquito.
¿Ya lo habrá contratado Tinelli para el Bailando, o Flavio para su circo?
Hablando de Marcelo, ¿vieron su nuevo look? Parece “Furia” en versión masculina, con la bocha rapada teñida de rosa. ¿Se querrá apendejar?
Esfuerzo digno de mejor causa. Espantoso. ¿Nadie le avisa que del ridículo no se vuelve?
Demasiado tarde. Se fue al pasto hace añares.
Debe estar re-depre el cabezón, porque en América le bajaron la mitad del sueldo.
Igual ya la juntó en pala con sus históricos bodrios.
Hablando de América, ¿se enteraron que Daniel Vila lo deja jugar en Independiente a un tipo condenado por violencia de género? Una pinturita ese Sebastián Villa.
¿Con qué argumento le dio la bienvenida?
Dijo “Todos cometemos errores, Merece otra oportunidad”. Me pregunto qué opinará Pamela, la jermu de Vila, que conduce “Desayuno Americano”. No dijo ni mu. Cero sororidad. Empatía a marzo.
Lógico. Entre bueyes no hay cornada.
El fútbol profesional es un negocio, chicas, no un deporte. Un negocio bien sucio. Olvídense de los códigos, los valores, la ética, el “fair play”.
Igual que la política. Calcado. “La même merde”.
¿Lo vieron al tipo ése en medio del quilombo del miércoles frente al Congreso, gritando: “¡Soy diputado de la Nación!”?
¡Sí! Me hizo acordar a “¡No me peguen! ¡Soy Giordano!”
¡Qué manga de impresentables! No sólo se auto-aumentan los sueldos, sino que se creen intocables.
Chicas, se viene una semanita de dos días laborables. ¿Pueden creerlo?
¡Argentina potencia! ¡Dále que va! ¡Siga el baile! ¡Chin, chin!