Internacional
La ley había sido aprobada por el Parlamento el año pasado, pero tiene vigencia desde este lunes. En contraposición al primer ministro, quien asegura que es “favorable para los trabajadores”, los sindicatos se oponen a la medida.
Mientras en otros países del mundo se plantea la posibilidad de reducir la semana laboral a cuatro días por semana, e incluso se realizan pruebas para ver cómo afectaría esto a la producción de los países, el gobierno de Grecia autorizó que los trabajadores del sector privado puedan trabajar seis días por semana, una medida que había sido aprobada por el Parlamento el año pasado pero que recién se implementó ahora, después de una remodelación del gobierno por el resultado en las elecciones del Parlamento de la Unión Europea.
Según informó el medio británico ‘The Guardian’, el primer ministro griego, el conservador Kyriakos Mitsotakis, usa como argumento para la medida la disminución de la población y escasez de trabajadores calificados para ciertos oficios. De hecho, el primer ministro describió este cambio en la demografía como una “bomba de relojería”.
Antes de que el Parlamento aprobara la ley, Mitsotakis había dicho que la misma es “favorable para los trabajadores” y que “está profundamente orientada al crecimiento”. Además, aseguró que así se pondrá “Grecia en línea con el resto de Europa”.
La ampliación de la semana laboral se dará, agregó el mismo medio inglés, en empresas privadas que presten servicio las 24 horas del día. Allí, a los trabajadores se les dará la opción de trabajar dos horas más por día hasta completar las 48 horas semanales o, en su defecto, realizar un turno extra de 8 horas, adicional a sus cinco días de trabajo. Estas nuevas horas se pagarán un 40% más que las tradicionales.
Akis Sotiropoulos, miembro del comité ejecutivo de la Confederación de los Sindicatos de Empleados Públicos (Adedy), aseguró que la medida “no tiene ningún sentido” y apuntó: “Cuando casi todos los demás países civilizados promulgan la semana de cuatro días, Grecia decide ir en sentido contrario”.
“En realidad, esto fue aprobado por un gobierno ideológicamente comprometido con la generación de beneficios cada vez mayores para el capital”, dijo Sotiropoulos, quien agregó: “Una mayor productividad viene acompañada de mejores condiciones de trabajo, una mejor calidad de vida y eso, ahora lo sabemos, pasa por menos horas, no más”.