El miércoles por la tarde, la Casa Rosada recibió un breve correo de la secretaria personal de Mauricio Macri confirmando que él había recibido la invitación para participar en el Pacto de Mayo que se celebrará el 9 de Julio. Cuarenta minutos antes, el expresidente había publicado en X un mensaje reclamando al Gobierno por la coparticipación de la Ciudad. Macri está de viaje en Europa y aún no ha confirmado su asistencia a la reunión de Javier Milei en Tucumán el próximo lunes. Fuentes cercanas al líder de Pro sugieren que es probable que asista, aunque por ahora se hace esperar.
Macri ha decidido empezar a marcar diferencias con la Casa Rosada. Esta semana, un informe crítico de la Fundación Pensar, junto con el reclamo por la coparticipación, marcó un punto de inflexión en su relación con Milei. En la Casa Rosada han optado por no responder públicamente. Aunque no lo admitan, el objetivo del gobierno libertario es atraer a dirigentes y legisladores de Pro sin llegar a un acuerdo directo con el expresidente. Sin embargo, Macri se ha consolidado como líder del partido, y muchas figuras importantes no piensan darle la espalda.
Cerca de Milei, confían en poder rediseñar el mapa político para relegar a Macri a un papel secundario. “El electorado de Pro hoy está con Patricia [Bullrich] porque quienes se quedan a mitad de camino caen en la nada. Si hubiera una elección mañana, La Libertad Avanza (LLA) sacaría 45 puntos y Pro, siete. Queremos profundizar nuestra relación con Pro, Mauricio se está equivocando con lo que hace”, afirmó un colaborador cercano al Presidente.
Mientras surgían críticas a Macri, en Balcarce 50 se elogiaba a Patricia Bullrich, quien fue marginada de la Asamblea Partidaria de Pro. Celebraban su carta abierta, en la que pidió “jugar a fondo” con el cambio. “La carta de Patricia es muy acertada. Todas las identidades políticas del pasado tienen que cambiar. El barco del cambio ya zarpó”, dijo un colaborador presidencial.
El Gobierno, a través del Pacto de Mayo, busca polarizar la escena política entre quienes apoyan a Milei y aquellos que no. Para algunos dirigentes, el posicionamiento es claro, pero para otros más indecisos, la decisión es crucial.
En Balcarce 50 se reavivó la idea de formar un interbloque en Diputados integrado por LLA y Pro. “Se está conversando la posibilidad del interbloque… hace semanas que charlamos del tema. Va a suceder más temprano que tarde porque hay voluntad”, dijo una figura importante de la Casa Rosada. Sin embargo, los diputados de Pro no están tan adelantados. “No hay nada por ahora”, comentó un diputado importante, mientras otro lo calificó de “falso”. En el macrismo aún no ven el beneficio político de compartir su experiencia con LLA.
La próxima semana está prevista una reunión en la Casa Rosada con referentes parlamentarios aliados para fijar una hoja de ruta en el Congreso, abordando tanto los proyectos de ley del Ejecutivo como los intereses de los bloques aliados. Ritondo ha estado conversando telefónicamente con figuras cercanas a Milei, como Santiago Caputo, sobre estos temas.
Cerca de Macri aseguraron que su mensaje en X no buscó romper con el Gobierno, sino marcar diferencias. Esperaba la aprobación de la Ley Bases para empezar a distanciarse de la administración de Milei, a quien critica por su inexperiencia en la gestión. Macri ha solicitado una agenda parlamentaria conjunta y un trato diferencial hacia los gobernadores de Pro, demandas que no han sido atendidas.
El reclamo de Macri por la coparticipación de la Ciudad busca cumplir con los fallos irrevocables de la Corte Suprema. En la Casa Rosada argumentan que el mensaje de Macri omitió un “pacto de caballeros” entre el ministro de Economía, Luis Caputo, y Jorge Macri, sobre la compensación por la caída en la recaudación de ingresos brutos. Según los libertarios, el Gobierno ya acordó con Jorge Macri no hacer pagos retroactivos, pero sí compensar futuras caídas en la recaudación.
Desde la Ciudad sostienen ambos reclamos, de flujo y deuda, y no renuncian a su demanda retroactiva. En la Casa Rosada, algunos colaboradores creen que Macri reclama la coparticipación por motivos políticos y aseguran que siempre quiso controlar puestos clave del Gobierno.
El divorcio político entre Macri y Patricia Bullrich, sus principales aliados para derrotar al kirchnerismo, se hizo evidente hoy, en una de las peores peleas por el poder dentro de Pro. Macri recuperó el control del partido y desplazó a quienes desafiaban su autoridad, mientras Bullrich promete resistir y alinearse con Milei.
El movimiento de Macri para desplazar a Bullrich tiene un alto valor simbólico y anticipa la lucha por el armado electoral de 2025. El enfrentamiento entre Macri y Bullrich, que duró siete meses, terminó separando a los dos dirigentes más influyentes de Pro. Bullrich se hartó de depender de Macri y aceptó unirse al Gabinete de LLA sin su aval, lo que erosionó el vínculo político y personal.
Macri no está dispuesto a someterse a Milei ni permitir que los libertarios profundicen la cooptación de dirigentes de Pro sin negociar un acuerdo partidario. La Asamblea Partidaria designó a Martín Yeza y bloqueó la fusión con otros partidos en 2025. Los altos mandos del macrismo despotrican contra el destrato de Milei hacia Pro, a pesar de su apoyo en el Congreso.
Una semana después de las reformas parlamentarias, Macri tomó distancia de la Casa Rosada reclamando el cumplimiento de la sentencia de la Corte Suprema sobre la coparticipación. Su pronunciamiento público tembló los cimientos del Pacto de Acassuso, pero Macri exige una respuesta. Busca morigerar el impacto financiero en la Ciudad y defender su territorio.
Macri también está molesto por la candidatura de Ariel Lijo a la Corte Suprema, impulsada por Milei sin consultarlo. Aunque elogió a Milei públicamente, su capacidad de influencia en la administración ha disminuido. La última vez que se vieron fue en una cena de la Fundación Libertad, donde Macri se fue molesto con el discurso de Milei.
Desde diciembre, cuando Milei sedujo a Bullrich para su Gabinete sin negociar con Pro, Macri ha repetido que su partido no cogobierna con Milei, pero respalda su hoja de ruta para reducir el déficit fiscal. Sin embargo, Bullrich rechaza la postura equidistante de Macri y sospecha que presiona a Milei por no tener injerencia en el gabinete.
Macri y sus leales han limitado la injerencia de Bullrich en el partido, forzando una renovación de autoridades en Buenos Aires. Ayer, Macri viajó a España, decidido a marcar su liderazgo en Pro. “Podemos integrar un frente en 2023 con Milei, pero no nos vamos a pintar de violeta como Patricia”, avisa un integrante del núcleo duro del macrismo.
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