Precisamente un 25 de junio pero de 1994, se diseñó la postal más nefasta para la vida de Diego Armando Maradona y de todos los argentinos, amantes o no del deportes más maravilloso del mundo.
Ese día, una enfermera llamada Sue Ellen Carpenter retiraba de la mano del campo del Foxboro Stadium de Boston al capitán del seleccionado argentino luego del partido que por el Mundial de Fútbol de los Estados Uniods de 1994, Argentina le ganaba a Nigeria 2 a 1 para hacer el control antidoping.
Lo que siguió ya es historia: el doping positivo por efedrina, la suspensión del mundial, el “me cortaron las piernas” de Diego y la posterior derrota de la Selección de Alfio Basile ante Rumania en el Mundial de los Estados Unidos.
Sin proponérselo, la enfermera participó, en ese momento, de una de las escenas mas icónicas del fútbol mundial: la despedida de la Selección Argentina del mejor jugador del mundo del Siglo XX.
Este 25 de junio se cumplen tres décadas del día en que se vistió de celeste y blanco por última vez y, a pesar de todo y de todos, el recuerdo “del Diego” permanecereá inalterble en el corazón de todos los argentinos.
El doctor del seleccionado argentino Roberto Peidró la invitó a Carpenter a buscar a Diego, ya que en se momento estaba en pareja con un argentino y entre ambos acompañaron la salida del capitán del seleccionado
Carpenter estaba asignada por la FIFA como una de las cuatro auxiliares médicas que debían acompañar a los jugadores para presentar la muestra de orina. A Sergio Vázquez, el otro jugador argentino elegido para realizarse el antidoping, no fueron a buscarlo al campo de juego para llevárselo de la mano y eso provocó sospechas que a Maradona quisieron sacarlo del Mundial. Pero no fue así.
“Minutos antes que terminara el partido entablamos un diálogo amable con ella”, expresó Peidró. “Me contó que había estado en pareja con un argentino que era de Congreso y siempre me hablaba de allí. ‘Me quedé con las ganas de conocer’, me decía. Riéndome le respondí que Congreso era un barrio y que justamente yo vivía ahí. Eran los minutos finales del partido y cuando terminó le dije: ‘Vení conmigo que vas a salir en todos los diarios del mundo al lado de Maradona’. La foto de nosotros tres quedó para siempre”, sentenció el médico.
La imagen del 10 junto a Carpenter recorrió el mundo, así como sus inmortales declaraciones luego de recibir una suspensión de 15 meses. “Juro por mis hijas que yo no me drogué, que yo no tomé ninguna sustancia para que FIFA me deje afuera de este Mundial”, afirmó el capitán y figura de la selección argentina.
El doctor Peidró había actuado de buena fe, pero nunca supuso lo que iba a significar esa imagen, esa foto, para esa mujer que recibió el mote de “verduga” y la FIFA procuró protegerla e intentó “cambiarle el nombre” para salvarla del estigma y que nadie la hostigara.
En la actulidad, Carpenter sigue ligada a la medicina: es doctora especializada en endocrinología reproductiva e infertilidad y trabaja en una clínica reproductiva de Atlanta. Tiene 63 años y está casada con ese mismo argentino.
La causante del dóping de Diego Maradona
En más de una oportunidad, el doctor Peidró contó que “Diego estaba espectacular en Boston. Una vez salimos a conocer el centro de la ciudad y él no podía creer que nadie, pero nadie, lo parara. Caminaba solo por primera vez en muchos años. Para la gente del lugar era uno más. Incluso entramos a un negocio para comprar un reloj y el que atendía le preguntó si era del soccer y de qué país. No sabía quién era Maradona”, expresó.
“En la concentración, Diego iba por las mesas, tirando buena onda a todos. Incluso lo que se habló de la enfermera el día del doping con Nigeria es mentira. Él la tomó de la mano a ella y no al revés. Estaba tan feliz que fueron hasta donde estaba Claudia y él le decía: ‘Mirá con quién me voy’. Hacía chistes, estaba perfecto, al punto que cuando fuimos al antidoping, se encontró con el rival que lo había marcado y el tipo quería un autógrafo a toda costa y Diego le repetía: ‘Sos un perro, sos un perro. Guau, guau’. No tenía ni idea que podía dar positivo, porque no había tomado nada a conciencia. Se lo habían dado”, continuó.
Y agregó: “Se le acabaron los aminoácidos que había llevado desde acá y compraron allá. Con la diferencia que en Estados Unidos tienen efedrina. Fue exactamente eso. Vi detalladamente el análisis. Por eso cuando dicen que había consumido un cóctel de efedrina, es una guachada. Nada que ver”.
Diego se había preparado como nunca antes para la competencia, con una exigente preparación física a cargo del profesor Fernando Signorini. En la previa a la Copa del Mundo, Maradona volvió a la selección para obtener la clasificación en el Repechaje contra Australia y encender así la ilusión de los argentinos.
Para encarar su preparación, tomaba suplementos diarios que terminaron siendo el combo fatal que derivó en la sanción. Una vez que se acabaron, tuvieron que ser repuestos en Estados Unidos, donde compraron Ripped Fast, que contenía efedrina, en lugar de Ripped Fuel. Dicha sustancia no estaba permitida por el reglamento FIFA y fue la causa por la que Maradona debió alejarse de las canchas.
Maradona quedó fuera del Mundial y Sue Carpenter, la enfermera que lo acompañó, se convirtió en parte de la oscura historia del fútbol. Años más tarde, Maradona en una entrevista perdonó a la enfermera. “Ella no sabía, la usaron”, lanzó.