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Cada cuerpo es distinto y reacciona de manera diferente a la comida. Algunas personas suelen sentirse hinchadas, inflamadas e incluso pesadas luego de un almuerzo o la cena. Sin embargo, para aliviar ese malestar estomacal se puede recurrir a ingredientes naturales, a través de infusiones que hacen el trabajo de depurar el sistema digestivo.
Alimentos como los porotos, la quinoa, las bebidas carbonatadas y algunas frutas y verduras, pueden provocar hinchazón. Los granos, los productos lácteos y otros alimentos, como la harina blanca y aquellos comestibles que contienen gluten, también son causantes principales de esta afección en personas con intolerancia alimentaria. De acuerdo con un estudio publicado en Journal, esto puede afectar hasta al 13% de la población general Estados Unidos.
Los malos hábitos alimenticios son una de las principales causas de las digestiones pesadas. Comer rápido y abundante, especialmente por la noche, no es bueno. Durante el descanso, el estómago digiere peor, lo que puede provocar gases, pesadez, ardor o dolor de estómago.
Aunque rara vez es un signo de una enfermedad médica grave, el organismo puede necesitar una limpieza estomacal. Controlar el tránsito intestinal se convierte en vital para aquellas personas que deseen un equilibrio saludable. En este contexto, existen algunas infusiones caseras que hacen el trabajo de desintoxicar el estómago después de haber comido alimentos que provoquen malestar.
1. Agua de lino
El lino, conocido por sus beneficios nutricionales, puede ser una excelente opción para depurar el sistema digestivo. Una porción aporta proteínas, fibra y ácidos grasos omega-3. Esto la convierte en una opción saludable para reducir el riesgo de algunos tipos de cáncer, a mantener un peso moderado, a reducir el colesterol y la presión arterial.
Con un sabor suave, similar a una nuez, y su consistencia crujiente, se convierte en un ingrediente versátil que puede realzar el sabor y la textura de casi cualquier receta. Es uno de los cultivos más antiguos del mundo y existen dos tipos, marrón y dorada, ambas igualmente nutritivas, según la National Library of Medicine.
El lino es particularmente rico en tiamina, una vitamina B que desempeña un papel clave en el metabolismo energético y en el funcionamiento celular. También es una notable fuente de ácido alfa-linolénico (ALA), un tipo de ácido graso omega-3 que es importante para la salud del corazón y se encuentra principalmente en alimentos vegetales. Los estudios en animales publicados por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) sugieren que el ALA presente puede ayudar a reducir la inflamación y evitar que el colesterol se deposite en los vasos sanguíneos del corazón.
De acuerdo con el Departamento de Agricultura (USDA, por sus siglas en inglés), solo 7 gramos de semillas de lino molidas contiene 2 gramos de fibra, que es alrededor del 5% y el 8% de la ingesta diaria recomendada para hombres y mujeres, respectivamente. Además, contienen dos tipos, soluble e insoluble, que son fermentadas por las bacterias en los intestinos para favorecer la salud intestinal y mejorar la regularidad intestinal.
Mientras que la fibra soluble absorbe agua en los intestinos y ralentiza la digestión, lo que puede ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre y reducir el colesterol, la insoluble añade volumen a las heces, lo que puede prevenir el estreñimiento y promover los movimientos intestinales regulares, según NIH.
2. Cómo hacer infusión de orégano
Los aceites esenciales del orégano, junto con el timol y el ácido rosmarínico, son reconocidos por sus propiedades antiinflamatorias. El té de orégano reduce problemas estomacales, favorece la correcta circulación sanguínea, reduce inflamaciones y facilita la cicatrización de heridas, entre otros muchos beneficios para la salud.
El orégano tiene un sabor picante y ligeramente amargo, lo que lo convierte en un té con un sabor distintivo. Aunque se necesitan más estudios en humanos para comprender completamente el impacto de la especia en la salud humana, investigaciones in vitro han demostrado que puede bloquear los efectos nocivos de las sustancias en el cuerpo llamadas radicales libres.
Estas sustancias provocan estrés oxidativo en el cuerpo. Los compuestos flavonoides y fenólicos del orégano pueden reducir la inflamación en el cuerpo, bajar la acumulación de los radicales libres y mejorar la salud.
3. Té de manzanilla
El té de manzanilla es uno de los más populares en los hogares del mundo debido a sus múltiples beneficios estomacales. Este tipo de flor, que a menudo se seca y se usa en té de hierbas, se ha utilizado durante siglos, con informes de su uso que se remontan al antiguo Egipto, Grecia y Roma, según el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa.
Uno de sus usos más comunes es promover la salud gastrointestinal. Se dice que alivia los síntomas de la enfermedad de reflujo gastroesofágico (ERGE) y reduce la inflamación, según un estudio publicado en Science. Además, puede funcionar como antiespasmódico al reducir los espasmos gástricos que pueden provocar diarrea. Una infusión de manzanilla es muy efectiva porque depura con mucha eficacia y regula el tránsito intestinal.
LA NACION