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Una situación más que curiosa fue la que sucedió en Washington, cuando una persona adquirió el billete de lotería perteneciente al juego de “Lotto” en el Muckleshoot Casino Resort de Auburn y ganó el gran premio de US$1,3 millones. Sin embargo, no se presentó a reclamarlo, y la razón es una total incógnita.
El juego en sí cuesta US$1 por dos jugadas, y el apostador debe elegir dos conjuntos de seis números entre 1 y 49. Si se cuenta con la fortuna suficiente para que salgan los seis números elegidos del billete, lo que representa una posibilidad entre siete millones como marca la estadística, la persona gana un premio mayor que arranca a partir de US$1 millón.
Lógicamente, hay ganancias menores, de acuerdo con la cantidad de números sorteados. Por ejemplo, con tres o cuatro aciertos, las personas obtienen un premio menor. Sin embargo, en este caso, el ganador que compró el billete sacó la lotería completa y ganó una cifra importante que aún debe reclamar.
Se busca el paradero del participante porque hay una fecha límite de reclamo. Según lo establece el reglamento de Lotería, hasta las 17 hs. del 19 de diciembre del 2024 el ganador tendrá tiempo para cobrar el exorbitante premio y hacer que esta historia solo sea una simpática anécdota.
En caso de que no se acerque a pedir por el premio, el dinero será repartido entre todos los estados nacionales participantes del juego. Y allí, cada uno lo utilizará para distintos motivos como programas de beneficencia para las comunidades, mejoras en los institutos educativos o bien acumularlo en un pozo para un futuro premio.
Al margen de lo que sucede con el cobrador, del que hasta ahora no se tiene paradero, el lugar que vendió el billete tiene motivos para festejar: recibirá una ganancia como consecuencia de este premio.
Es que, por ser el lugar vendedor de un billete tan cotizado, el casino recibirá un bono especial de US$13,000, que resulta jugoso más allá de la incertidumbre en torno al afortunado hacedor de la gran tajada. Esto está enmarcado dentro del reglamento y de la ley norteamericana y trajo mucha felicidad entre los empleados del lugar.
“Cuando nos enteramos de que habíamos vendido el billete ganador y recibiríamos un bono, nos emocionamos mucho. Ya estamos planeando cómo vamos a celebrar como equipo” fue lo que expresó Robert Dearstine, director ejecutivo de Marketing en Muckleshoot Casino Resort.
Aunque, al mismo tiempo, no dejó de pensar en el ganador por el cual pidió públicamente que aparezca. Resaltó que eso es lo que les causa más emoción y que, sin dudas, esa suma de dinero puede cambiar la vida de alguien que aún no lo sabe.
LA NACION