Después de lo que ocurrió en una misa en la Iglesia de la Santa Cruz, en el barrio de San Cristóbal de la ciudad de Buenos Aires -donde los participantes cantaron “la Patria no se vende” contra el presidente Javier Milei-, se dio una situación similar en la parroquia Inmaculado Corazón de María, en Constitución. Esta vez el tema escaló más porque quien ofició el rito fue el vicario general del Arzobispado y obispo auxiliar, monseñor Gustavo Carrara, que después dio explicaciones en un comunicado.
Al igual que la vez anterior, las imágenes se difundieron a través de redes sociales y se viralizaron. En las grabaciones se ve que tanto quienes asistieron a la misa, como algunos de los monaguillos, cantaron “la Patria no se vende”. El tema suele primar en las movilizaciones políticas, sobre todo en las encabezadas por el kirchnerismo. En su momento fue una de las premisas contra el gobierno de Mauricio Macri y ahora es un llamado de atención a la administración libertaria.
Según la Agencia Informativa Católica Argentina, la misa fue presidida por Carrara este viernes y se reunieron allí trabajadores de la recolección -entre ellos, barrenderos y levantadores de residuos junto con líderes de organizaciones gremiales- para rezar y homenajear al cura Mauricio Silva, desaparecido en 1977 durante la última dictadura militar.
Luego de que los videos generaran polémica, monseñor emitió un comunicado con su firma. “Hoy [por el viernes] en la Iglesia Inmaculado Corazón de María en el barrio de Constitución, al mediodía, celebramos la misa por el padre Mauricio Silva, hermanito del Evangelio, que mientras trabajaba como barrendero, el 14 de junio de 1977, fue detenido-desaparecido. A su vez hoy se conmemora el día del barrendero, por eso muchos trabajadores participaron de la Eucaristía”, introdujo.
Comentó también Carrara que durante la celebración recordaron la vocación de Silva de “gritar el Evangelio con la vida” ya que tuvo amistad con los pobres y fue un obrero más. “Y ahí ‘ser capaz de anunciar la resurrección de Jesús, la paternidad de Dios, el Reino, la fraternidad humana’, y como consecuencia de ello, defender la dignidad de los trabajadores, acompañándolos en su lucha por vivir bien. Ese fue el tono de los testimonios y la homilía”, aclaró.
Después ahondó sobre el momento de los cantos contra Milei. “Antes de la bendición final fui sorprendido por una señora que empezó a cantar ‘la patria no se vende’. Muchos de los presentes en el templo continuaron el canto por un minuto. Interrumpí, hice la oración, y di la bendición y el saludo final”, explicó.
“Entiendo que algún fiel sencillo podría verse confundido o incluso molesto por esta situación, que puede interpretarse como politizar partidariamente la celebración de la Eucaristía, que es sacramento de unidad. Ahora bien, celebrar la Eucaristía es celebrar el amor, y es necesario que ese amor salga más allá del templo, también en la acción política”, advirtió Carrara, que citó la Encíclica Fratelli Tutti del papa Francisco: “Me parece importante señalarlo porque: ‘Para muchos la política hoy es una mala palabra, y no se puede ignorar que detrás de este hecho están a menudo los errores, la corrupción, la ineficiencia de algunos políticos. A esto se añaden las estrategias que buscan debilitarla, reemplazarla por la economía o dominarla con alguna ideología. Pero, ¿puede funcionar el mundo sin política? ¿Puede haber un camino eficaz hacia la fraternidad universal y la paz social sin una buena política?’”.
Para finalizar, Carrara volvió a recordar que la misa se hizo para recordar a Silva y cerró: “Como celebrante principal asumo la responsabilidad y pido humildemente disculpas al que pudiera sentirse ofendido por el mismo. Muchas gracias”.
Esta misma semana se difundió un video de otra misa, del domingo pasado en la Iglesia de la Santa Cruz de San Cristóbal, donde se puede ver al cura levantar el vino y el pan, mientras que quienes estaban presentes en los bancos del templo cantaban: “No se vende, la Patria no se vende, la Patria no se vende”.
Ese día estaba convocado el encuentro para honrar la vida de Nora Cortiñas, cofundadora y presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; y también de Víctor Ernesto, hijo de Amanda y Adolfo Pérez Esquivel. Ambos murieron a fines de mayo.
LA NACION