El truco para trasplantar rosales sin perder flores
- Preparación del nuevo lugar:
Unos días antes del trasplante, prepara una maceta del tamaño adecuado con tierra enriquecida y abono. Haz un agujero en el centro lo suficientemente grande para acomodar las raíces del rosal sin aplastarlas.
- Preparación del rosales actual:
En la maceta actual del rosal, marca un círculo alrededor de la planta para guiarte al cavar. Este círculo te ayudará a evitar dañar las raíces mientras excavas.
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- Excavación:
Cava con cuidado alrededor del círculo marcado, retirando la planta lentamente para no lastimar las raíces. Una vez que hayas desenterrado la planta, levántala con delicadeza.
- Trasplante:
Coloca el rosal en la nueva maceta, asegurándose de que las raíces queden bien extendidas y cubiertas de tierra fresca. Añade abono y vitaminas para fortalecer la planta. Mientras realizas este proceso, riega bien el rosal para mantener la tierra húmeda y ayudar a la planta a adaptarse a su nuevo entorno.
Tras el trasplante, sigue regando tu rosal regularmente y protégelo del sol directo durante unos días para que se recupere del cambio. Asegúrate de que la tierra se mantenga húmeda pero no encharcada, y añade más abono si es necesario para proporcionar los nutrientes esenciales.