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Paula Padilla Argelich
Barcelona, 16 jun (EFE).- El escritor y psicólogo catalán Toni Hill, que acaba de publicar ‘La hora del lobo’, una inquietante novela negra que explora la idea de la traición, considera que esta conducta es propia de los seres humanos y asevera que todo el mundo ha traicionado a alguien alguna vez en su vida.
“El concepto de la traición parece que está un poco pasado de moda, pero yo creo que sigue siendo algo muy vigente porque forma parte casi connatural del género humano. Todos hemos traicionado a alguien en algún momento”, ha explicado el autor en una entrevista con EFE.
En ‘La hora del lobo’ (Grijalbo), la segunda entrega de la trilogía iniciada con ‘El último verdugo’, el novelista traslada a la criminóloga Lena Mayoral al valle pirenaico de Boí (Lleida), donde investiga el asesinato de un chico de quince años mientras lidia con el estrés postraumático generado por su último caso.
La idea de la traición sobrevuela toda la trama, ha explicado Hill, ya sea por la secta que la defiende, planteando “¿por qué queremos aspirar a una santidad cuando en realidad somos todos unos traidores?”, por las “pequeñas traiciones” que se dan entre protagonistas o por la traición a uno mismo, que el autor relaciona directamente con el personaje del verdugo.
“Me pareció que derivar la historia hacia la traición era un giro que entraba dentro del universo de la novela negra, pero que no era tan manido como otros conceptos”, ha añadido.
Inspirado por el título de la película homónima de Bergman, Hill se ha hecho suyo el imaginario de “la hora del lobo”, ese momento entre la noche y la aurora en el que “no sabes distinguir si tienes delante a un lobo o a un perro, y donde también los personajes deciden si son un lobo o un perro, es decir, si sacan su parte más oscura”.
“La figura del lobo me gustaba mucho porque por un lado es el depredador, pero al mismo tiempo lo hemos convertido en una especie protegida, por lo que se ha convertido en víctima y verdugo a la vez, que es lo mismo que les pasa a los personajes de la novela”, ha explicado el escritor.
El animal, además, “encajaba” con el contexto rural del relato, ubicado en “un espacio precioso pero al mismo tiempo sobrecogedor” enmarcado por elementos característicos de la zona, como las iglesias románicas, “el sonido de las campanas en cualquier momento” y “ese anochecer que ocurre de golpe”.
La situación de aislamiento de la protagonista y la población “mínima”, hacen que “si empiezan a pasar una serie de cosas terribles, el aire de sospecha aumente”, cuenta el autor, una atmósfera en la que “es la propia mente la que da señales de que algo pasa y que lo convierte todo en una amenaza”.
En este sentido, Hill afirma que la psicología de los personajes tiene un papel destacado en sus novelas, con las que trata de “acercar” al lector a ese mundo “oscuro y criminal” para que se pueda “implicar” en la historia y sentirse identificado con los protagonistas, a veces con la heroína, y otras, con el verdugo.
Siguiendo la filosofía de “intentar entender y no juzgar”, el novelista construye a los protagonistas, de quienes confiesa: “siempre tienen algo de mí, pero la gracia de la novela de género es que hay una trama muy importante que te protege”, lo que asegura que le permite ser, en el fondo, “mucho más sincero” a la hora de escribir.
Su próxima novela, la última entrega de la trilogía, girará alrededor del concepto del rencor, que define como un “sentimiento más íntimo” que la traición.
“El rencor tiene más que ver con verte obligado a convivir con alguien a quien no le puedes decir todo lo que querrías, y creo que la cosa va a ir por ahí”, ha avanzado respecto a su siguiente proyecto, con el que va a “conducir de la manita” a sus protagonistas hacía un final que, advierte, “no sé si les va a gustar”. EFE
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