El bajón futbolístico de Colón es pronunciado y no solo se traduce en los números, sino también en el rendimiento. De hecho, lo segundo es lo más preocupante, ya que el Sabalero pese a la merma en su rendimiento continúa siendo líder en su zona.
Colón y un momento que enciende las alarmas
Las estadísticas indican que el equipo sumó siete puntos sobre los últimos 18 en juego. Y los dos partidos que ganó lo hizo por la mínima diferencia y no jugando bien.
El Sabalero comenzó a decaer en la derrota contra Defensores de Belgrano. Ese cotejo marcó un punto de inflexión, ya que Colón no volvió a encontrar el funcionamiento que venía evidenciando en las fechas anteriores.
Sumó tres derrotas como visitante (Defensores de Belgrano, San Telmo y Defensores Unidos) y un pobre empate contra Deportivo Madryn. En todos esos encuentros, el nivel dejó mucho que desear.
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Contra Chaco For Ever ganó en el final por un insólito penal que cometió un jugador del elenco chaqueño, en una acción que no llevaba ningún tipo de peligro.
Y ante Atlético de Rafaela se vio beneficiado por la expulsión de un defensor del equipo rafaelino. El árbitro Pablo Giménez le mostró la roja a Rodrigo Colombo a los 38′ de la primera etapa, en una decisión absolutamente equivocada.
La responsabilidad de los futbolistas y del entrenador
Lo preocupante del presente de Colón es la falta de ideas que se viene repitiendo. Con jugadores que bajaron notablemente su rendimiento y con un DT que no le encuentra la vuelta.
Se equivocan los jugadores, pero también Iván Delfino. El momento que atraviesa el Sabalero es responsabilidad compartida de los futbolistas y del cuerpo técnico.
La sensación es que no hay plan B y que los rivales le tomaron la mano. Y cuando eso sucede, Colón depende y mucho de lo que pueda hacer Ignacio Lago.
El goleador sabalero es el jugador más influyente, pero está claro que solo no puede. Contra Atlético de Rafaela resolvió el partido con un golazo, pero no siempre puede convertirse en el salvador.
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La realidad es que Colón fue perdiendo identidad, no es confiable y depende exclusivamente de sus individualidades. Dejó de lado el funcionamiento colectivo que lo ubicó como el mejor equipo de la Primera Nacional.
Si bien las estadísticas lo avalan, dado que sigue siendo el líder en su zona, el rendimiento no se emparenta con el de un equipo que se encuentre puntero.
A Colón lo sostiene el colchón de puntos que obtuvo en el arranque de la competencia. Y eso le permite, que aún sufriendo un pronunciado bajón, se mantenga arriba en la tabla.
Será importante que en estos días lleguen los refuerzos para potenciar a un plantel que cuenta con jugadores importantes, pero que en el presente, no están en su mejor versión.
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Por eso es clave que los futbolistas que se sumen, ayuden a elevar el rendimiento de los que están. Y fundamentalmente, que Delfino le brinde las herramientas necesarias como para mejorar el funcionamiento.
Este momento de incertidumbre es responsabilidad del DT y de los jugadores. Todos ganas, todos empatan y todos pierden, por lo cual, sería un error separar los errores.
Claro está que los que entran a la cancha y resuelven son los jugadores, pero en la semana existe un método de trabajo y una planificación de los partidos, que indudablemente no están dando resultados.
Colón y Delfino están a tiempo de cambiar, pero deben hacerlo cuanto antes. Si bien el torneo es largo y quedan muchas fechas por delante, el equipo debe dar muestras de reacción.
No puede seguir mostrando la pasividad de los últimos partidos, sobre todo en condición de visitante. Y el cotejo ante Atlanta es vital para recuperar la confianza y dar un golpe sobre la mesa.
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Colón no debe repetir una actuación como la que tuvo ante Defensores Unidos. Fue realmente muy pobre la imagen que dejó perdiendo ante un rival limitadísimo y que encima le dio vuelta el resultado.
Aunque parezca irreal, el técnico del equipo puntero está en la mira. Delfino es observado de cerca por los hinchas, que entienden que el equipo debe jugar mejor y eso es tarea del entrenador.
A partir de ahora, las exigencias irán en aumento, las presiones se intensificarán y el DT tendrá que dar una muestra de carácter y templanza para tocar las teclas que hagan falta y que le permitan a Colón recuperar la memoria.
El presente no es para hacer un drama y la impaciencia es mala consejera. Los hinchas quieren ascender a mitad de año y esa olla a presión puede incidir en los futbolistas. Por ello, tanto Delfino como los jugadores están a tiempo de enderezar la nave.
Colón continúa siendo el principal candidato para ascender. Si bien los pesimistas tienen cierta razón en alarmarse por el bajón, los optimistas responderán que jugando mal, sigue como líder. Con el tiempo, habrá que ver quien tiene razón.