El dato saliente de la opinión pública en el mes de junio es la continuidad de la alta popularidad presidencial: 52% de imagen positiva marcó Javier Milei, solo 2 puntos abajo del número de mayo (o sea, menos que el margen de error muestral). Continúa el crédito abierto en la opinión pública y esa noticia cerró una buena semana política, financiera e internacional del gobierno. Milei sigue contando con apoyo social mayoritario, y sus pilares están en los “núcleos duros mileistas”: los jóvenes -por más que la brecha de edad se haya “aplanado” un poco-, los religiosos practicantes, y los votantes de la Región Centro. Entre cordobeses, santafesinos y entrerrianos el apoyo a Milei está por encima de la media nacional, contrariamente a lo que sucede en la populosa -y más opositora- provincia de Buenos Aires. Por lo bajo sería: “Si estoy a favor de Milei no puedo quejarme por lo que tengo que pagar de luz”.
Al mismo tiempo, se amplió la brecha entre la popularidad presidencial y la gestión de gobierno, que tiene una aprobación de 43%. Nueve puntos de diferencia. Esta tendencia no se ha dado siempre, lo habitual es que la imagen presidencial y la aprobación de gestión vayan de la mano. Eso explica, por ejemplo, el reciente reemplazo de Nicolás Posse por Guillermo Francos al frente de la Jefatura de Gabinete: Milei sabe que necesita gestión, y busca resolverlo impulsando a sus cuadros más eficaces.
Dos preguntas se disparan: ¿Milei puede trasladar su buena imagen a la gestión, o necesita sí o sí que haya resultados para evitar que esa brecha de 9 puntos se amplíe? O, visto al revés: ¿por qué Milei mantiene sus intactos sus 52 puntos de popularidad intacta en tiempos tan difíciles?
La primera pregunta sigue en evaluación. Veremos en nuestro próximo estudio si la aprobación de la Ley Bases tiene un impacto positivo en la opinión pública. Por ahora, los números de la encuesta de junio dicen que bajó la preocupación por la inflación y aumentó levemente el optimismo económico a futuro. Pero una enorme mayoría dice que su bolsillo está peor que el año pasado y que ya no tiene mucho más margen para esperar.
Y en cuanto a la segunda pregunta, la fórmula de Milei combina núcleos duros y comunicación antipolítica. Los fans mileístas lo siguen sin dudarlo, aún cuando la recuperación económica se haga esperar. Y hay otro segmento de la población, más amplio, que se siente atraído el Milei no-político, el outsider permanente, que se ubica por fuera de “la casta” que no lo deja gobernar. Milei representa a esa parte de la Argentina enojada y también esperanzada con un cambio. Por ahora, ese juego le viene funcionando.
Otra buena noticia que viene con los números de junio es que el 45% de los argentinos dicen que si las elecciones legislativas de 2025 fueran hoy, votarían por “los candidatos de Milei”. Todavía no sabemos quiénes son esos candidatos, pero las encuestas anticipan que hay millones de argentinos dispuestos a votarlos.
Los tres gobernadores
En la Región Centro eso plantea un dilema a sus gobernadores, Maximiliano Pullaro, Martín Llaryora y Rogelio Frigerio. Los tres tienen buena imagen en sus provincias y se amplía la cobertura regional de ese radar en general, pero comparten el desafío de hacerse más conocidos a nivel nacional -lo que puede ser un dato positivo en un momento de crisis de la dirigencia política-, y coexistir en sus territorios con un amplio electorado mileista. Conjugar todo eso es un imperativo estratégico.
La Argentina profunda -el Centro, el Norte, Cuyo- le dio el triunfo electoral a Milei, y en algún momento comenzará a pedirle más atención. La clave está en las ciudades, porque aunque somos el octavo país del mundo más grande en territorio, estamos todos amontonados en las ciudades (Argentina tiene el 92% de porcentaje de población urbana).
El discurso mileísta penetró fuerte en estas regiones, y un buen ejemplo es Misiones: ante la crisis social que estalló semanas atrás, el sondeo muestra que a nivel nacional el 53% responsabiliza al gobernador y solo el 42% al presidente y esto es algo nuevo, ya que históricamente los argentinos le echaban toda la culpa de sus problemas económicos al gobierno nacional de turno. Milei logró que “la casta” se extienda a los dominios provinciales, y en muchas localidades del interior profundo los jóvenes mileístas asocian “casta” con el gobernador que lleva varios años en el poder. El desafío lo tienen esos nuevos gobernadores que también fueron votados proponiendo un cambio; necesitan desmarcarse a diario de ese discurso.
En las provincias le piden al presidente más presencia. Por caso, en los viajes presidenciales: 27% de los argentinos celebran sus reuniones con los grandes empresarios mundiales (Elon Musk, Mark Zuckerberg) y el 19% quiere verlo estrechar las manos de los principales gobernantes (Joe Biden, Emmanuel Macron), pero el 53% quiere que Milei viaje menos por el hemisferio norte y se dedique a visitar las provincias y ciudades de la Argentina para ver de primera mano cómo viven sus compatriotas una coyuntura socioeconómica agobiante.
Este abordaje y entrecruzamiento de distintas variables manifiesta nuevos modos vinculares y deseos que aparecen en la sociedad dispuesta en su mayoría a seguir tras lo que es permisible denominar: un nuevo partener.
Viviana Isasi es Magister en Comunicación y doctoranda en Ciencias Políticas. Especialista en comunicación política y análisis político estratégico. Se focaliza en los estudios de las juventudes políticas y la Región Centro. Es fundadora de Converse Consultora.
Julio Burdman es Doctor en Ciencias Políticas. En Buenos Aires se especializa en instituciones políticas y geografía electoral. Se focaliza en el entorno político de la economía, los problemas geopolíticos y el surgimiento de nuevos liderazgos. Es fundador de Observatorio Electoral Consultores.
Fuente: https://www.unosantafe.com.ar/el-pais/milei-un-nuevo-partener-politico-y-social-n10138815.html