Los traidores ya no están sólo en los otros partidos;ahora también pasaron a habitar las filas de La Libertad Avanza.
El tratamiento legislativo delDNUvolvió a exponer las limitaciones del oficialismo en el ejercicio del poder; no sólo porque los números no lo acompañan -tiene 7 senadores sobre 72- sino además porque su praxis, su lógica de funcionamiento, atenta contra la posible obtención de resultados:Milei llevó a la política las mismas herramientas que se usan en las redes sociales, principalmente en X, donde predomina el enfrentamiento de todos con todos, de manera permanente. Allí no se busca el acuerdo -ni siquiera se plantea como posibilidad o aspiración- sino la agresión, la descalificación o la burla. Lo dijo el politólogo Andrés Malamud: cuando parece que sus funcionarios lograron algún acuerdo, Milei sale y lo rompe. Ocupa el centro de la escena pero no obtiene resultados en términos de gobierno. Sus trolls lo festejan y todo vuelve a empezar.
Esa configuración se ha vuelto un problema para el Gobierno -el DNU tambalea y con la Ley Bases tuvo que volver a empezar- pero también para la oposición, que debate qué hacer con Milei, como si no terminara de descifrarlo del todo o, peor aún, como si cada fuerza política no terminara de descifrarse a sí misma. ¿Cómo posicionarse? ¿Qué hacer? ¿Votarle algunos proyectos o no?
Un caso es el radicalismo, un partido siempre en situación de fractura expuesta, que ahora se prodiga comunicados de repudio entre sus propios integrantes. En los últimos días, un grupo de gobernadores y de referentes de la UCR cuestionaron a MartínLousteau por haber votado en contra del DNU. El comunicado expone los límites de conducción que está teniendo Lousteau, flamante presidente del radicalismo a nivel nacional. Entre quienes repudiaron su voto está Rodrigo De Loredo, jefe del bloque en Diputados, y aliado -¿o exaliado?- del senador dentro de la agrupación Evolución.
En realidad, Lousteau utilizó una línea argumental que no debería hacer ruido en la UCR: la defensa de la constitucionalidad ha sido un pilar de esa fuerza política principalmente desde el ‘83 en adelante. Pero choca con necesidades y posicionamientos:las necesidades de los gobernadores, que tienen abierta una línea de negociación con la Casa Rosada, y los posicionamientos de quienes, como De Loredo, miran de reojo hacia sus distritos y comprueban que Milei sigue cosechando apoyos a pesar del ajuste feroz y evitan como la peste quedar pegados al kirchnerismo.
El cálculo determina las ubicaciones en la política. No es el único elemento pero es gravitante. Otro ejemplo es el del peronismo cordobés. En el Senado, Alejandra Vigo, esposa de JuanSchiaretti, se abstuvo en la votación por el DNU. Ni sí ni no. ¿Qué harán ahora los diputados que responden a Martín Llaryora y a Schiaretti cuando tengan que definirse a favor o en contra del megadecreto?
A los peronistas cordobeses no se los ve desesperados por apurar el tratamiento del DNU; es más se inclinan por dejarlo enfriar durante algún tiempo en la Cámara Baja. Mientras tanto, esperan que avancen las negociaciones por la nueva versión de la ley ómnibus -que en el camino perdió casi 400 artículos- e ir logrando acuerdos puntuales.
El peronismo cordobés pretende que haya leyes que se aprueben, como la reforma laboral, que le permitan a Milei salir del inmovilismo pero que también impliquen concreciones para las administraciones provinciales;es decir, fondos. Córdoba pretende, entre otros aspectos, que comiencen a llegar las partidas actualizadas para cubrir el déficit de la Caja de Jubilaciones. Es decir, en ese punto impera el pragmatismo motivado por el ejercicio del poder. “No se puede seguir con este nivel de ajuste”, argumentan.
Pero en el caso de Córdoba el cálculo también es político-electoral. La provincia sigue siendo un distrito en el que Milei pisa fuerte: según la última encuesta de CBConsultora, el Presidente tiene un 62,9 por ciento de imagen positiva. Sólo los mendocinos superan a los cordobeses en su amor por el león libertario.
En el peronismo cordobés observan que oponerse abiertamente a Milei implica oponerse a la vez abiertamente a su electorado. Pero, además, consideran que también significa regalarles un activo a sus rivales políticos territoriales, principalmente a LuisJuez.
El líder del Frente Cívico se ha convertido en un constante justificador de los desbordes y los proyectos de Milei con el argumento central y casi único de que peor sería que vuelva el kirchnerismo. El discurso con el que justificó su voto favorable al DNU es de antología:defenestró el contenido y la forma del decreto, dijo que está repleto de inconsistencias y que el gabinete es incapaz de redactar un plexo normativo coherente y sólido pero que, aún así, el Presidente merece tener las herramientas que necesita para gobernar.
Juez habla mirando a Córdoba y sabe que a la mayoría no le importa la coherencia intrínseca de su discurso, sino que apoye a Milei y se oponga al kirchnerismo.
“Nosotros no podemos regalarle a Juez ese papel;si no, dentro de tres años y medio tenemos que resignarnos a perder la gobernación”, dicen en el PJ cordobés. En un país en que es imposible saber qué ocurrirá la semana que viene, la política ya mira hacia el 2027. Y también hacia el 2025: el oficialismo no quiere aparecer abiertamente enfrentado al Presidente de cara a las legislativas. No al menos mientras conserve los índices de imagen que ostenta en Córdoba.
El oficialismo provincial actúa guiado por dos grandes principios: mantener la gestión a flote en medio de una recesión complejísima y, a la vez, trabajar para sostener en el territorio el poder construido en un cuarto de siglo. Por eso el gobernador Llaryora sigue tratando de mostrar iniciativa y recorre la provincia:para no quedarse encerrado en la agenda de la crisis y para afianzarse en el interior.
El martes estará en Río Cuarto. Llegará precedido por una información que Juan Manuel Llamosas confirmó ayer:la ciudad, capital alterna, tendrá elecciones para intendente el fin de semana largo del 23 de junio. Será la única elección trascendente del año en el país y en la que el gobernador, obviamente, pretende ganar.
El oficialismo tiene la fecha pero no aún candidato. Hay ahí una disputa que persiste, aunque el llamosismo espera que el panorama vaya despejándose en las próximas semanas. La única alternativa que maneja el intendente es su secretario de Gobierno, Guillermo De Rivas, que está en pleno proceso de instalación y de armado de su estructura.Cerca de Llamosas sostienen que De Rivas viene subiendo en las encuestas y que, además, tiene un alto potencial de crecimiento. En ese punto, señalan que hay una diferencia con la principal rival interna:Adriana Nazario. En la intendencia aseguran que la empresaria posee índices interesantes de intención de voto pero que desde hace meses no se mueven. Le diagnostican estancamiento.
¿Puede llegar el llamosismo a un acuerdo y lograr que Nazario se baje?Cerca de la empresaria dicen que es imposible;al lado del intendente manifiestan que ese debería ser el resultado final. “Los otros precandidatos ya están aceptando sumarse a la campaña y a los equipos de Guillermo y ese proceso se va a intensificar en los próximos días. Todo el peronismo, el gobernador y el intendente se ubicarán en un mismo lugar”, señalan.
Es decir, apuestan a que Nazario quede en soledad y no tenga otro camino que alcanzar un acuerdo.
“Con Guillermo estamos armando el Partido Río Cuarto, como Llaryora hizo con el Partido Cordobés, y vamos a incorporar a dirigentes sociales y de otros partidos también, como el radicalismo. No vemos que cerca de Nazario estén en una construcción similar, más bien todo lo contrario”, indicaron.
En el Palacio sostienen que las señales desde la gobernación han sido inequívocas en favor de De Rivas y esperan que vengan nuevos capítulos que terminen de inclinar la cancha definitivamente.
Fuente: https://www.puntal.com.ar/comentario/el-problema-milei-el-y-otros-n213377